Una página dedicada a despertar el ser interior y tomar conciencia de uno mismo.En tu interior tienes toda la sabiduría, en este blog solo encontrarás un reflejo de ella.


viernes, 25 de noviembre de 2011

Cómo alcanzar la paz mental

Compilación de respuestas de Sri Aurobindo a sus alumnos

La libertad progresiva y el imperio sobre la propia mente están perfectamente dentro de las posibilidades de todo aquel que tenga la fe y la voluntad de emprender esta conquista. Las posibilidades del ser mental no son limitadas; puede ser el libre Testigo y el Amo en su propia casa.

El primer paso es tener una mente sosegada. El silencio es un paso ulterior, pero es necesario obtener previamente el sosiego. Y por mente sosegada entiendo una consciencia mental interior que ve los pensamientos acercarse a ella y moverse en torno, pero no se siente a sí misma pensando, ni se identifica con los pensamientos, ni los considera suyos. Los pensamientos y los movimientos mentales pueden pasar a través de esta consciencia mental interior tal como los caminantes aparecen procedentes de cualquier parte y pasan a través de una campiña silenciosa; la mente sosegada los observa o ni siquiera se toma la molestia de observarlos, pero en ningún caso participa en la acción o pierde su tranquilidad.

El silencio es más que el sosiego. Puede obtenerse desterrando completamente los pensamientos de la mente interior, manteniéndolos mudos o completamente aparte. Pero se establece con mayor facilidad por un descenso procedente de lo alto; cuando sucede así, se percibe cómo desciende el silencio, cómo penetra y ocupa o rodea la consciencia personal, que tiende entonces a sumergirse en el vasto silencio impersonal.

Las palabras «paz, calma, sosiego, silencio», tienen cada una de ellas su propio matiz de significación, pero no es fácil definirlo exactamente.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Thich Nhat Hanh

Thich Nhat Hanh es un maestro Zen vietnamita, poeta y activista por la paz. Es el fundador de laUniversidad Budista Van Hahn en Saigon, y lidera muchos trabajos de ayuda social en Vietnam. Ha enseñado en la Universidad de Columbia y Sorbonne. Actualmente vive en Francia en condición de refugiado por su combate pacífico, empezado durante la guerra de Vietnam. Allí se dedica a sus labores de jardinería, trabaja en asistencia social y viaja constantemente por el mundo dando enseñanzas. Según el Roshi norteamericano Richard Baker, si hubiese que elegir hoy al Buda viviente, ese sería sin duda Thich Nhat Hanh. Martin Luther King Jr lo nominó al Premio Nobel de la Paz: “personalmente no conozco a nadie más merecedor del Premio Nobel de la Paz que este gentil monje de Vietnam”.

En el siguiente vídeo, el maestro nos explica qué es el Nirvana y el texto que sigue presenta sus 14 preceptos espirituales.

LOS 14 PRECEPTOS DE THICH NHAT HANH

1. No seas idólatra ni te ates a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluso las budistas. Todos los sistemas de pensamiento son guías, no son la verdad absoluta.

2. No creas que el conocimiento que tienes ahora es absoluto, inmutable. Evita ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista presentes. Aprende y practica el desapego de tus puntos de vista para estar abierto a recibir los puntos de vista de los demás. Prepárate para aprender a través de todo, observarte a tí mismo y al mundo en todo momento.

3. No fuerces a los demás, ni siquiera a los niños, por ningún medio en absoluto, a adoptar tus puntos de vista, ya sea por autoridad, amenaza, dinero, propaganda o incluso educación. Sin embargo, por medio del diálogo compasivo, ayuda a los demás a renunciar al fanatismo y a la estrechez.

4. No evites el contacto ni cierres tus ojos al sufrimiento. No pierdas la conciencia de la existencia del sufrimiento en la vida y del mundo. Encuentra maneras de estar con aquellos que sufren por todos los medios. Por tales medios despierta en ti mismo y en los demás la realidad del sufrimiento en el mundo.

5. No acumules riquezas mientras millones están hambrientos. No tomes como objetivo de tu vida la fama, el provecho, la riqueza o el placer sensual. Vive simplemente y comparte el tiempo, la energía y los recursos materiales con los que estén en necesidad.

6. No mantengas ira u odio. Tan pronto como surjan la ira o el odio practica la meditación sobre la compasión para comprender profundamente a las personas que han causado ira u odio. Aprende a ver a los otros seres con los ojos de la compasión.

7. No te pierdas en la dispersión ni en el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del cuerpo y de la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la concentración y la comprensión.

8. No pronuncies palabras que puedan crear discordia y causar ruptura en la comunidad. Haz todos los esfuerzos para reconciliar y resolver todos los conflictos, aunque sean pequeños.

9. No digas cosas falsas por interés personal o para impresionar a los demás. No pronuncies palabras que causen desviación u odio. No difundas noticias que no sabes que no son ciertas. No critiques ni condenes cosas de las que no estás seguro. Habla siempre verdadera y constructivamente. Ten el valor de hablar sobre situaciones de injusticia, aún cuando hacerlo pueda amenazar tu propia seguridad.

10. No uses a la comunidad budista para ganancia o provecho personal, no transformes tu comunidad en un partido político. Una comunidad religiosa debe, sin embargo, tomar una actitud clara contra la opresión y la injusticia, y debe esforzarse por cambiar la situación sin engancharse en conflictos partidarios.

11. No vivas con una vocación que sea dañina para los humanos y la naturaleza. No inviertas en compañías que priven a los demás de su oportunidad de vivir. Elige una vocación que te ayude a realizar tu ideal de compasión.

12. No mates. No permitas que otros maten. Encuentra todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la guerra.

13. No poseas nada que debería pertenecer a los demás. Respeta la propiedad de los demás pero evita que los demás se enriquezcan con el sufrimiento humano o el sufrimiento de otros seres.

14. No maltrates a tu cuerpo. Aprende a manejarlo con respeto. No veas a tu cuerpo simplemente como un instrumento. Preserva las energías vitales (sexual, respiración, espíritu) para la realización del camino. La expresión sexual no debería ocurrir sin amor y compromiso. En las relaciones sexuales, sé consciente del sufrimiento futuro que pueda causarse. Para preservar la felicidad de los demás, respeta los derechos y compromisos de los demás. Sé plenamente consciente de la responsabilidad de traer nuevas vidas al mundo. Medita sobre el mundo al que estás trayendo nuevos seres.

No creas que yo siento que sigo todos y cada uno de estos preceptos perfectamente. Sé que fallo de muchas maneras. Ninguno de nosotros puede cumplir plenamente cualquiera de ellos. Sin embargo, debo trabajar hacia esa meta. Esa es mi meta. Ninguna palabra puede reemplazar a la práctica, sólo la práctica puede hacer a las palabras.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Conciencia de vida

Cierta vez un conductor se desplazaba por una de las autopistas de los Estados Unidos a una velocidad excesivamente alta, cuando de repente, justo después de una curva aparece un hombre parado e medio de la vía haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante.

El conductor sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino, pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de pare con sus brazos. -Debe de estar loco -dijo el conductor- mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de chocar a aquel hombre.

Muy enojado, se desmonta del automóvil y, estrellando la puerta se dirige hacia el hombre y le dice:

-¿Acaso no tienes ojos? ¿No ves lo peligrosa que es esta carretera y te atraviesas en ella como si nada? ¿O acaso eres loco para no ver el peligro que corres?

-No, señor, no estoy loco -le contestó el individuo- Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabía que, si no hacía algo, usted, en este momento ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya.

Autor desconocido

jueves, 3 de noviembre de 2011

La sabia voz del vacio


El lama impartía enseñanzas a los monjes y novicios del monasterio.

Siguiendo la doctrina del Buda, ponía especial énfasis en captar la transitoriedad de todos los fenómenos, así como de aquietarse, retirarse de los pensamientos y, en meditación profunda, percibir en el glorioso vacío interior la voz de la mente iluminada. Mostraba métodos muy antiguos a sus discípulos para que pudieran apartarse del pensamiento y vaciar la mente de inútiles contenidos.

-Vaciaos, vaciaos - exhortaba incansablemente a los discípulos. Así un día y otro día, con la misma insistencia que las aguas fluyen en el seno del río o el ocaso sigue al amanecer. -Vaciaos, vaciaos. Tanto insistiera en ello, que algunos discípulos acudieron a visitar al maestro y le dijeron respetuosamente: - Venerable maestro, en absoluto ponemos en duda la validez de tus enseñanzas, pero...

- ¿Pero?- preguntó el lama con una sonrisa en los labios.

-¿Por qué pones tanto énfasis en que nos vaciemos? ¿Acaso, respetado maestro, no acentúas demasiado ese aspecto de la enseñanza?

- Me gusta que me cuestionéis - dijo el lama-. No quiero que aceptéis nada que no sea sometido al escrutinio de vuestra inteligencia primordial.

-Ahora debo llevar a cabo sin demora mi práctica meditacional, pero solicito que todos vosotros os reunáis al anochecer conmigo en el santuario.

-Eso sí, queridos míos, quiero que cada uno de vosotros traiga consigo un vaso lleno de agua.

Los discípulos disimularon como pudieron su asombro e incluso alguno de ellos se vio obligado a sofocar la risa.

¿Será posible? O sea, que su maestro les pedía algo tan ridículo como que todos ellos fueran al santuario portando un vaso lleno de agua. ¿Se trataría de algún rito especial?

¿Sería una ofrenda que iban a hacer a alguna de las deidades? Fue transcurriendo el día con lenta seguridad.

Los discípulos no dejaban de conjeturar sobre la extraña solicitud del maestro.

Unos aventuraban si no se trataría de una ceremonia especial en honor de la misericordiosa Tara; otros pensaban que tal vez era que el lama les iba a hacer leer durante toda la noche las escrituras y que el agua era para evitar la excesiva sequedad de boca; otros confesaban no tener la menor idea del por qué de la insólita petición del lama.

El sol, anaranjado-oro, se comenzaba a ocultar tras los inmensos picos que se divisaban a lo lejos. Los discípulos tomaron cada uno de ellos un vaso y lo llenaron de agua. Luego, ansiosos por desvelar el misterio, fueron hasta el santuario y se presentaron ante el maestro.

-Bueno chicos - dijo el maestro riendo con su excelente humor-. Ahora vais a hacer algo muy simple. Golpead los vasos con cualquier objeto.

-Quiero escuchar el sonido, la música capaz de brotar de vuestros vasos.

Los discípulos golpearon los vasos. De los mismos no brotó más que un feo sonido sordo, desde luego nada musical.

Entonces el maestro ordenó: - Ahora, queridos míos, vaciad los vasos y repetid la operación.

Así lo hicieron los monjes. Vaciados los vasos, golpearon en ellos y surgió un sonido vivo, intenso, musical.

Los discípulos miraron al lama interrogantes. El lama esbozó una sonrisita amorosamente pícara y se limitó a decir: - Vaso lleno no suena; mente atiborrada no luce. Os deseo felices sueños.

Los discípulos, un poco avergonzados, comprendieron al momento.

Nunca habrían de olvidar aquello de "vaso lleno no suena".

"Cuando eliminamos los densos nubarrones de ignorancia de la mente, en el vacío original de la misma surge el revelador sonido de la iluminación."

miércoles, 26 de octubre de 2011

¿Avisarías a los personajes de tu sueño?


El discípulo se reunió con su mentor espiritual para indagar algunos aspectos de la Liberación y de aquellos que la alcanzan. Departieron durante horas. Por último, el discípulo le preguntó al maestro:

--¿Cómo es posible que un ser humano liberado pueda permanecer tan sereno a pesar de las terribles tragedias que padece la humanidad?

El mentor tomó entre las suyas las manos del perplejo discípulo, y le explicó:

--Tú estás durmiendo. Supóntelo.

Sueñas que vas en un barco con otros muchos pasajeros. De repente, el barco encalla y comienza a hundirse. Angustiado, te despiertas. Y la pregunta que yo te hago es: ¿Acaso te duermes rápidamente de nuevo para avisar a los personajes de tu sueño?

*El Maestro dice: El ser liberado es como una flor que no deja de exhalar su aroma y, suceda lo que suceda, no se marchita.

jueves, 20 de octubre de 2011

El Guerrero Pacifíco – Tulku Lobsang



El GUERRERO PACÍFICO

Nació en el techo del mundo. Hoy viaja alrededor del planeta, llevando un conocimiento del que se destaca la práctica meditativa acompañada de una espada de madera. Tulku Lobsang, sonriente y joven maestro tibetano.

-¿Que significa Tog Chod, esa forma de meditación con espada que tú practicas?

-Tog quiere decir “pensamiento”, Chod es “cortar”. Pensamiento, inteligencia, conocimiento, no es sa­biduría. Sabiduría es el silencio, la paz del amor in­condicional. En el mundo occidental se focaliza en el aprendizaje de cómo pensar, pero saber cómo hacerlo no cambia mucho tu sufrimiento. La mente intelectual no es la solución del sufrimiento, necesitas la mente silenciosa. El mundo occidental siempre enseña a cambiar. El cambio es siempre la solución, para liberarse del sufrimiento o ser feliz. Yo enseño “no cambies, deja que sea”. Sin cambio es la forma de cambiar. Lo más importante es no hacer nada.

-¿Estás hablando de “no acción” o “no mente”?

-Me refiero a no pensar tanto.

-Es decir que la sabiduría llega cuando el silencio aparece…

-Exacto, si tienes un problema no pienses tanto. No hace mucha diferencia. Trata de estar en silencio, luego abre los ojos y te aseguro que la mitad del pro­blema ha desaparecido. Pensando sólo lo multiplicas. Tienes un problema pero después de un año tienes cien problemas. No pensar es más sabio. Cuando le digo a un occidental “quédate en silencio” lo ve como algo imposible, es como hablarle a una vaca. No entiende, no existe en su cultura “no hacer nada”, pero eso es lo que necesita, no pensar en nada. Con los ejercicios de Tog Chod, hechos especialmente, vas hacia una mente vacía, en silencio. La conclusión de la filosofía de Tog Chod es que las expectativas y el miedo son enemigos de tu vida. La vida es solo un día. Hoy es el día para vivir. Hoy es el día, es la forma de cambiar el resto de tu vida. Hoy es la causa del ayer y a su vez la causa del mañana. El ayer y el ma­ñana están pasando ahora. Tog Chod es una forma de estar en el presente, en el momento, y reducir el miedo y las expectativas.

-¿Usas la espada con algún propósito?

-La vida es como una guerra de emociones. Tal vez no tengas guerra afuera, pero la tienes dentro por­que eres débil, por lo tanto temes. La espada es sím­bolo de sabiduría o de bravura. Decimos que somos guerreros pacíficos o practicantes espirituales, quiere decir que luchamos para liberarnos de nuestras emo­ciones negativas.

-¿Es un arte marcial o una técnica meditativa?

-Yo no lo llamaría un arte marcial, sino una manera de meditar. No es arte marcial ya que no buscamos pelear con alguien afuera sino con los propios temo­res. Fuera no encontrarás ningún enemigo. Tú eres el enemigo de ti mismo, el enemigo de este planeta.

-¿No hay riesgo de que esta técnica sea otra trampa del ego?

-La motivación te dará la dirección. Tal vez la moti­vación errónea te ayude a usar estos ejercicios para el ego, pero no sólo estos ejercicios, también la religión. Las enseñanzas espirituales son buenas, sin embargo, con una motivación errónea pueden ser mal interpre­tadas.

-¿Cuál debe ser la correcta motivación para esta técnica?

-La motivación principal debe ser liberarte de tu propio miedo y el ego. En especial, el miedo. Actua­mos principalmente movidos por el miedo. Es muy su­til, define lo que te gusta de lo que no te gusta. La raíz de todas las emociones humanas es el miedo. Y es sólo una técnica simple para que la practique cual­quier persona.

-Como médico tibetano budista que también eres, ¿podrías expli­car la forma en que tratas el cuer­po, la mente, el alma?

-Básicamente, en la medicina tibetana tenemos cuatro niveles diferentes de tratamiento. Empe­zamos a nivel del cuerpo a través de consejos de conducta para el cuerpo, con ejercicios especiales para ciertos tipos de enfermeda­des. Asimismo, damos pautas a seguir en cuanto a la alimenta­ción, luego ofrecemos consejos sobre medicinas. Y finalmente, lo referido a aplicaciones de acupun­tura, o un procedimiento externo. También le damos mucha impor­tancia al pensamiento, cómo pien­sas. Para cualquier enfermedad que quieras sanar debes tener en cuenta tres estados de la mente: antes que tengas un problema de salud aparece el miedo, la duda. Es lo que llamamos “invitar el problema”. Por ejemplo, muchos en Occidente tienen cáncer, en­tonces empezamos a pensar “tal vez yo tenga cáncer, tal vez no”. El segundo estado se corresponde a cuando tienes el problema: te das cuenta y te derrumbas. Y el terce­ro es, aun cuando has solucionado el problema, persiste el recuerdo y piensas “esto pasó, pero puede volver a suceder”.

-¿Cómo haces frente a las enfer­medades de la mente?

-Todo el budismo es medicina de la mente. Las enfermedades de la mente son grandes y complejas. No nos damos cuenta de que nuestra mente es más grande que nuestro cuerpo. Mentalmente tenemos tres clases de problemas: uno, el problema del problema, que no es para tanto; dos, el problema de la felicidad, y tres, el problema de la existencia. El problema del proble­ma está conectado con el enfado, el problema de la felicidad lo está con el apego, y el problema de la existencia, con la ignorancia. Para solucionarlos necesitas sabiduría y compasión. Compasión o amor es el poder que te lleva adonde quie­res, pero no es suficiente, también necesitas sabiduría. La sabiduría te da la dirección y la compasión, la energía. Cabeza y corazón van juntos. El intelecto no te da poder, eso lo da el amor, que a su vez pre­cisa una dirección.

-Tú hablas de tres conceptos muy comunes en el budismo: compasión, felicidad y amor in­condicional, que muchas veces son mal interpretados. ¿Puedes clarificarlos?

-Usualmente hay diferentes ni­veles de compasión. El más simple es la generosidad, el dar. Después pasamos a otro nivel en el que te das cuenta que no es suficiente y necesitas tomar. Entonces com­pasión significa dar y recibir. Ne­cesitamos practicar en dar lo que nos gusta. Lo que nos hace feliz es importante dar. Y lo que es un problema para ti es importante que lo tomes. ¿Por qué? Cualquier cosa que te hace feliz puede ser tu futuro problema, porque cuan­do la felicidad se presenta en tu vida está bien, pero cuando se va, entristeces. La vida es 50-50, feli­cidad-infelicidad. Lo que no quie­res perder, debes darlo. Dar es la forma de no perderlo. Cuanto más das, menos pierdes. Practica dar. Tomar es tomar lo que no quieres. Tomar es la forma de perder. Nuestra forma de actuar es una locura: retenemos lo que nos hace felices y evitamos lo que nos hace infelices.

-¿Algo más sobre el amor incon­dicional?

-Amor incondicional significa ser completamente feliz contigo mismo. Cuando no estás comple­tamente feliz, siempre necesitas algo, siempre no quieres algo. Estamos 50-50 algo feliz y algo infeliz porque nuestro amor es condicionado. Precisamos estar li­bres de nosotros mismos y felices. Cuando eres completamente feliz no necesitas nada, no peleas con nadie. Que seas feliz es lo más im­portante en este planeta. Si lo es­tás es la única forma que realmen­te me puedes ayudar. Si no estás feliz no podrás ayudarme, tal vez lo hagas, pero traerá problemas.

-En todo el planeta hay un des­pertar global al mismo tiempo que surge mucho miedo. ¿Qué obser­vas en este momento?

-Lo llamo “el siglo del miedo”. Tenemos más riqueza, por eso te­memos más perderlas. El miedo y la pérdida van juntos. En nuestras enseñanzas decimos que el temor es el demonio de la vida. El miedo entra en tu vida y te lleva en la di­rección equivocada. He descubier­to que mucha gente tiene mucho miedo y no saben cómo manejarlo. Por eso he creado una técnica que usa danzas tibetanas, pero pen­sando en la mente occidental.

Hay crisis económica, crisis de salud, crisis de todo, debido al miedo. El miedo es la mejor forma de hacer negocios actualmente. A veces hago este chiste: en las en altas montañas de los Himalaya hay gente muy simple con yaks pero muy difíciles de engañar ya que están muy atentos en la reali­dad. En cambio, en Occidente hay gente muy inteligente que piensa tanto que es muy fácil engañar­la. En el mundo desarrollado en­contramos personas que hablan hasta cinco idiomas, que saben lo que pasa en cada momento en el planeta, pero son muy fáciles de manipular. Piensan basándose en el miedo y las expectativas.

-Muchos se preguntan acerca del propósito de sus vidas, como si estuvieran perdidos. ¿Qué les dirías?

-Un periodista me preguntó cier­ta vez “¿cuál es el propósito de tu vida?” y le respondí: “no tengo propósito”. Entonces me preguntó por qué. “Porque soy feliz”, con­testé. Quiero decir que alguien infeliz tiene un propósito: ser fe­liz, pero alguien feliz no necesita propósito, está en su propósito. El propósito de la vida debería ser fe­liz, nada más, nada especial.

-¿Pero a qué tipo de felicidad te refieres?

-No quiero dar más información intelectual, pero hay dos clases de felicidad: felicidad ignorante, la persona no es feliz pero cree que es feliz, y la felicidad despierta.


El Guerrero Pacifíco – Tulku Lobsang

martes, 18 de octubre de 2011

El león: cuento hindú



En una ocasión, un león se aproximó hasta un lago de aguas despejadas para calmar su sed y, al acercarse a las mismas, vio su rostro reflejado en ellas y pensó: "¡Vaya!, este lago debe ser de este león. Tengo que tener mucho cuidado con él." Atemorizado se retiró de las aguas, pero tenía tanta sed que regresó a las mismas. Allí estaba otra vez el "león". ¿Qué hacer? La sed lo devoraba y no había otro lago cercano. Retrocedió. Unos minutos después volvió a intentarlo y, al ver al "león" abrió las fauces amenazadoramente, pero al comprobar que el otro "león" hacía lo mismo, sintió terror. Salió corriendo, pero ¡era tanta la sed! Lo intentó varias veces de nuevo, pero siempre huía espantado. Pero como la sed era cada vez más intensa, tomó finalmente la decisión de beber agua del lago sucediera lo que sucediese. Así lo hizo. Y al meter la cabeza en las aguas, ¡el "león" desapareció!

El Maestro dice: Muchos de nuestros temores son imaginarios. Sólo cuando los enfrentamos, desaparecen. No dejes que tu imaginación descontrolada usurpe el lugar de la realidad ni te pierdas en las creaciones y reflejos de tu propia mente.


lunes, 17 de octubre de 2011

Sobre la Leyes Universales

Las leyes de la Abundancia y la Atracción son bien conocidas para nosotros. Con la ley de la Abundancia sabemos que hay abundancia en todas las cosas. De hecho, tenemos abundancia en todas las cosas todo el tiempo, aunque podamos no tener abundancia en lo que queremos. La ley de la Atracción afirma que atraemos todo lo que entra a nuestras vidas, basándose en nuestra energía. Así nuestra realidad es simplemente un reflejo de nuestra energía, la cual incluye a las personas y situaciones a las que nos conectamos. Ambas leyes trabajan con la ley de la Vibración, todo vibra a su nivel único y solamente podemos atraer y tener abundancia en cosas que vibren a nuestro nivel. Debemos elevar nuestro nivel de vibración para cambiar lo que atraemos. Sabemos en dónde está nuestra vibración valorando lo que está sucediendo dentro de nuestra vida y a quién y qué estamos atrayendo. Nota: Este artículo es parte de una serie del libro del Arcángel Uriel "Cambiando Nuestra Conciencia – El Proceso de Sanación y Transformación" que pronto estará disponible.

Mucho se ha escrito sobre dos leyes Universales, la de Atracción y Abundancia. Muchas personas creen que si ellos dominan esas dos leyes crearán la realidad de sus sueños. Pero los resultados no siempre son lo que esperaban o simplemente no suceden. Y entonces están decepcionados y piensan que las leyes no funcionan o que están haciendo algo equivocado. Para trabajar con la ley Universal debemos entender y trabajar con todas las leyes y existen al menos doce. Estos son principios que gobiernan la energía que somos y de la que somos parte. No podemos evitar, sortear o ignorar estas leyes. Están constantemente presentes y estamos trabajando con ellas, consciente o inconscientemente, cada día de nuestras vidas. Cuando aprendemos, entendemos y conscientemente nos identificamos con ellas, podemos crear la alegría, la paz y la abundancia que deseamos.

La ley más importante es la Ley de la Unicidad Divina. Si la humanidad pudiera entender y aplicar esta ley habría paz en la tierra porque aceptaríamos que todos somos uno, que todos estamos conectados a la Fuente, que cada uno tenemos acceso al mismo poder y que todos somos poderosos. Y nuestra energía afecta a todos los demás así que todo lo que decimos, pensamos, hacemos y creemos tiene un efecto en todos los demás. No existen acciones, pensamientos o palabras insignificantes.

Las leyes de la Abundancia y la Atracción son bien conocidas para nosotros. Con la ley de la Abundancia sabemos que hay abundancia en todas las cosas. De hecho, tenemos abundancia en todas las cosas todo el tiempo, aunque podamos no tener abundancia en lo que queremos. La ley de la Atracción afirma que atraemos todo lo que entra a nuestras vidas, basándose en nuestra energía. Así nuestra realidad es simplemente un reflejo de nuestra energía, la cual incluye a las personas y situaciones a las que nos conectamos. Ambas leyes trabajan con la ley de la Vibración, todo vibra a su nivel único y solamente podemos atraer y tener abundancia en cosas que vibren a nuestro nivel. Debemos elevar nuestro nivel de vibración para cambiar lo que atraemos. Sabemos en dónde está nuestra vibración valorando lo que está sucediendo dentro de nuestra vida y a quién y qué estamos atrayendo.

Incluso si estamos estableciendo nuestra intención para lo que queramos, el Universo nos responde y debemos tener la voluntad para actuar sobre nuestra intención. Esta es la Ley de la Acción. Sin poner la acción necesaria hacia nuestros deseos, nada sucederá. Entonces debemos establecer nuestra intención para un gran trabajo pero a menos que nos comprometamos en las acciones correctas, como enviar nuestro currículo o contactar personas que puedan ayudarnos, quizá no obtengamos resultados.

¿Cómo son recompensados nuestros esfuerzos? La Ley de la Compensación afirma que recibimos basado en lo que damos y nuestra recompensa puede ser multiplicada. Entonces si tenemos la voluntad de poner nuestros esfuerzos hacia nuestras intenciones, seremos recompensados en muchas formas. Esto también aplica a las acciones que tomamos hacia los demás. Cada amabilidad que extendemos es recompensada, como lo es cada enojo o miedo. A veces estas recompensas son monetarias, otras veces podemos ser recompensados a través de los esfuerzos de los demás. Es por esto que es importante para nunca pedir dinero porque somos compensados en formas que nos bendicen de acuerdo a nuestras necesidades.

¿Qué pasaría si estamos haciendo todo lo que podemos y nada está sucediendo? A veces esta es una lección en paciencia pero también debemos considerar la Ley de la Causa y Efecto, la cual afirma que para cada causa hay un efecto, para cada acción hay una reacción. Es por esto que nuestra contribución energética, es la forma de nuestros pensamientos, palabras, creencias y acciones, es tan importante. Si estamos trabajando en la manifestación y todo lo que estamos haciendo no está en alineación con lo que deseamos crear, el efecto reflejará lo que estemos haciendo, no lo que queramos.

Siempre podemos saber exactamente en dónde estamos en nuestro viaje espiritual mirando nuestra realidad, esta es la Ley de la Correspondencia. Todo en nuestro mundo externo es un reflejo de nuestro mundo interno. Si tenemos alegría, paz y abundancia, entonces estamos equilibrados, espiritual y mentalmente. Si no lo estamos, en donde sea que tengamos carencia nos muestra en dónde estamos fuera de equilibrio dentro de nosotros. Cuando tengamos la voluntad de hacer el trabajo interno nuestra realidad reflejará los resultados hacia nosotros. "Como es adentro, es afuera".

Cada uno de nosotros está en su propio viaje espiritual y el camino que hayamos elegido es reflejado en nuestras lecciones. No podemos comparar nuestras lecciones con aquellas de los demás porque nuestras lecciones son relativas a nuestro crecimiento espiritual. Y no podemos juzgar las lecciones de cualquiera o cómo las están realizando porque no podemos saber lo que han venido a aprender. La Ley de la Relatividad establece que todo en nuestra experiencia de vida solamente es relativo a cada uno de nosotros. Cuando entendemos esta ley, podemos estar menos inclinados a juzgar a los demás como menos o mejores que nosotros, tener más o menos o ser mejores o peores. Todo es relativo a al viaje de cada persona y a lo que han venido a hacer y a aprender en esta vida.

Cuando hemos logrado un cierto nivel de crecimiento y entendimiento espiritual elevamos nuestras vibraciones energéticas. Esa es la promesa que el Universo nos hace, la iluminación siempre está disponible para nosotros. Esta es la Ley de la Transmutación Perpetua de la Energía, vivimos en un universo dinámico en donde todo está constantemente sujeto al cambio y cuando elevamos nuestra vibración ponemos esa energía disponible a todos los demás.

¿Sus experiencias de vida siguen un cierto patrón? ¿Notan que cada tres, cinco o siete años experimentan algunas de las mismas lecciones? Esa es la Ley del Ritmo. Así como hay estaciones, día y noche, clima cálido y frío, también hay ritmos en nuestra vida. Nuestras lecciones siguen ciclos de aprendizaje y crecimiento y cuando estamos listos para nuevas lecciones accionamos ciertas situaciones. Estar conscientes de estos ritmos o patrones puede ayudarnos a prepararnos para lecciones y estar conscientes de cuándo están ocurriendo.

Las últimas dos leyes generales que, como la Ley de la Unicidad Divina, son importantes en cada nivel, la ley de la polaridad establece que todo tiene su opuesto, así que hay luz y oscuridad, positivo y negativo, espiritual y material. Nosotros elegimos en qué nos enfocamos y eso reflejará lo que esté sucediendo en nuestra realidad. Cuando suficiente de la humanidad elija enfocarse en la luz, será la energía prevaleciente en el planeta. Si estamos demasiado enfocados en lo material, tampoco podemos estar igualmente enfocados en lo espiritual. Encontrar ese lugar neutral, en donde todo está en equilibrio es uno de los objetivos de nuestra participación en el Cambio.

La Ley del Género está reflejada en cada parte del mundo, pues todo tiene un aspecto masculino y uno femenino. Nosotros cargamos energía masculina y femenina y no podemos considerar que una sea más importante que la otra. Estamos aquí para llevar al equilibrio lo masculino y lo femenino para que honremos ambos aspectos. Cuando hayamos equilibrado estas energías dentro de nosotros, las habremos equilibrado para toda la humanidad y entonces podremos honrar lo masculino y femenino y crear armonía para todos.

Las leyes Universal son completamente neutrales e imparciales. Ellas existen con o sin nuestra conciencia de ellas y nosotros trabajamos con ellas, consciente o inconscientemente, cada momento de nuestras vidas. Cuando las conocemos y las entendemos podemos usarlas para apoyar nuestros deseos e intención, para crear la vida que deseamos porque ellas existen para apoyarnos y sostenernos, para ayudarnos a crear el cielo en la tierra en nuestra propia vida y para el planeta.