Una página dedicada a despertar el ser interior y tomar conciencia de uno mismo.En tu interior tienes toda la sabiduría, en este blog solo encontrarás un reflejo de ella.


domingo, 28 de abril de 2013

¿Qué es la conciencia?


Muchas veces me he preguntado qué es la conciencia a la que se refieren los maestros espirituales. Utilizamos un tipo de conciencia (la reflexión) para vivir con conciencia (atención), ampliar nuestros niveles de conciencia (entendimiento y percepción) y llegar hasta la conciencia universal (dios). Comienza por lo general por una búsqueda interior para crecer y muchas veces para encontrar un propósito y un sentido trascendente en este paso por la tierra. .
Es un proceso individual de autoobservación y búsqueda de un conocimiento profundo para la evolución humana, una expansión de nuestro ser, una búsqueda espiritual y un renacer a otros niveles de realidad a través de un entendimiento. Por tanto, es un proceso que involucra responsabilizarse, liberarse, algunas veces reinventarse y de alguna manera transformarse. Lo podríamos explicar a través de sus diferentes nociones y dimensiones progresivas: reflexión, atención permanente, entendimiento y universalidad.
¿Qué debo hacer para realizarme personal y espiritualmente? ¿Cómo puedo ser una persona más sabia, valiente y feliz? ¿Cómo vivo, qué digo, como actúo? ¿Cómo puedo aprovechar la vida al máximo y generar un impacto positivo en el mundo? ¿Cómo puedo desarrollar mis facultades y alcanzar mis propósitos? ¿Qué control tengo sobre mi mente, mi cuerpo y las fuerzas que operan en mí? ¿Cuáles son mis pautas éticas y mis sistemas de valores? Son ciertas preguntas que acompañan este asumirnos a nosotros mismos y que por lo general involucran una búsqueda interior y un despertar espiritual.
El yoga nos hace ser conscientes de nosotros mismos, y de preguntas filosóficas como el origen del mundo, nuestra misión en la vida, las relaciones con los demás, la muerte, el sentido de la vida, y la manera para ser mejores seres humanos. Pero también qué condicionamientos mentales y actitudes he heredado o adquirido, que son limitantes para mi desarrollo y que me impiden ser libre, forman parte de este despertar de una conciencia autoreflexiva, que va de la mano de una conciencia ética y espiritual.
Los caminos espirituales nos hacen conscientes de nosotros mismos y de lo que sucede en nuestro mundo interior, así como de nuestros condicionamientos, sistemas de creencias, comportamientos provenientes de unos familiares o culturales. Es una gran oportunidad para observarnos, como si fuéramos un tercero que va a cine y ve una historia ajena sin involucrarse.
Atención, entendimiento y realización
Tomar distancia de lo que sucede en nuestra mente y nuestra vida es el primer paso para dejar de vivir controlados por el ego, o la ilusión de que somos un individuo con una identidad, unas características, unos deseos, gustos, unos objetivos, unos principios, unos temores y prejuicios determinados y que no podemos cambiar.
La conciencia empieza a modificar nuestra vida porque le da un giro a la forma como vemos el mundo; y también la vida empieza a responder de una forma diferente. Significa parar un poco y dejar a un lado las expectativas del entorno o los miedos y escuchar nuestra alma, que nos dice qué es lo que realmente queremos hacer. Porque tenemos atención.
Cuando observamos nuestra mente nos darnos cuenta de que nuestra mente tiende a apegarse al momento presente, a las personas y a las cosas y que esa es uno de los principales motivos de nuestro temor. Nos damos cuenta de que la naturaleza de la existencia es cambiante y que la permanencia y predictibilidad que pedimos no es ni posible no deseable. Conciencia es también tener toda la atención al momento presente y a cada cosa que hacemos. Es darnos cuenta de que siempre estamos pensando en los objetivos y que nos olvidamos de estar presentes en el camino.
También que nuestra felicidad no puede estar en lograr o poseer porque la dicha del mundo siempre tiene como contracara el sufrimiento. Y que el desasosiego de la vida o el temor a la muerte que nos llevan a las adicciones, a los excesos, a la ansiedad permanente o a la depresión se conquistan con la paz interior, que comienza por la paz mental, donde podremos ver con claridad nuestro camino y nuestra esencia divina. Que tiene que haber algo grande que nos explique y transforme.
La conciencia es el primer paso para cambiar, pues sólo si nos observamos, si observamos nuestros pensamientos que es donde se originan nuestras emociones, la vida que creamos y nuestras dichas y desdichas, podremos tomar el control y asumir la responsabilidad que tenemos, no solo en nuestra propia vida o en nuestro desarrollo personal, sino también en el mundo que creamos colectivamente.